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CÓMO REDUCIR GRASA EN 7 PASOS

Método sencillo en 7 pasos

La acumulación de grasa es un mal creciente que afecta a gran parte de la humanidad y es una consecuencia directa de sostener hábitos tóxicos.

Estos hábitos perniciosos a su vez surgen como resultado de una tendencia natural que tenemos los seres humanos y que aumenta día a día, año a año y década tras década, facilitada por las diversas formas que los sistemas industriales nos ofrecen para el consumo de tecnología. Esta tendencia natural se llama simplemente pereza.

Dicho con mayor claridad: No es la Tecnología ni sus avances los que generan esos hábitos tóxicos sino qué clase de objetos o bienes de consumo se fabrican con ella para su venta masiva.

Hay dos formas de acumulación de grasa que afectan seriamente nuestra salud. Una de esas formas es individual y la otra es colectiva.

La forma individual de acumular grasa corporal y cómo reducirla interesa a millones de personas porque se aprecia a simple vista y está vinculada no sólo con gozar de mejor salud sino también con el aspecto físico y las estéticas corporales de moda. Por estas razones y fundamentalmente por los millones de personas interesadas que potencialmente gastarían dinero en ello, existe una súper-abundancia de propuestas y recursos a los que se dedican médicos, nutricionistas, cosmiatras, instructores de educación física y fabricantes de una gran variedad de dispositivos.  

Dejemos que esos millones de personas se dediquen a sus actividades rentables y de gran demanda, porque lo que me interesa en este blog es referirme a la acumulación de grasa colectiva. Este almacenamiento de grasa colectiva no se localiza en diversas zonas y órganos del cuerpo, sino que se concentra en un único lugar del organismo: el cerebro.

Dado que este tema va a ocuparme a lo largo de varios artículos, en esta primera entrega procederé a indicar 7 (siete) pasos prácticos.

SIETE PASOS PRÁCTICOS PARA REDUCIR LA GRASA DEL CEREBRO

  1. No mirar televisión. Y en lo posible no poseas en tu casa un aparato de TV. Todo lo que puede interesarte ver se encuentra en Internet y con una notebook, una tablet o un celular puedes acceder muy fácilmente a ella.
  2. No uses el teléfono celular más que lo estrictamente necesario. El fin principal de un smartphone es ser utilizado para comunicaciones telefónicas y seguramente es para lo que menos lo usas.
  3. Aplica tu instinto selectivo en las redes sociales. La concurrencia a una red social es equivalente a la que transita una avenida de la ciudad. En la calle no hablas con cualquiera ni te detienes a enterarte de lo que cualquiera piensa o tiene ganas de decir. Actúa de la misma forma en las redes sociales.
  4. Lée. Si hiciste caso a lo que indican los puntos 1., 2. Y 3. notarás enseguida que te ha quedado una gran cantidad de tiempo disponible. Utiliza parte de ese tiempo para leer libros en papel o digitales.
  5. Escucha música buena. Hay toneladas de música y de géneros de fácil acceso. Una gran parte de esa música es fabricada para satisfacer tu pereza mental, no tus gustos. Elige libremente, pero conectándote con aquella música que te genera alguna clase de emociones y no deglutas todo lo que otros deciden para tus oídos.
  6. Habla cada día mejor y con gente que hable cada día mejor. Cuida el lenguaje, es una herencia muy valiosa. No la desperdicies ni la degrades. No repitas frases o giros de lenguaje que pudieron ser graciosos la primera vez pero que luego se instalan en tu cerebro y terminan reemplazando a la forma natural del habla que poseías. Por ejemplo, es más fácil y breve decir “me retó” que “me cagó a pedos”.
  7. No repitas slogans ni frases hechas. Seguramente tienes algo propio que decir respecto de cualquier tema o acontecimiento, y si no tienes nada propio que decir, no digas nada.

Si practicas estos primeros siete pasos, seguramente notarás que estás influyendo en la gente que te rodea o que se comunica contigo. En no mucho tiempo esta influencia se puede propagar a miles o millones de personas,

Continuará.

Pablo Perel

Cronica TV

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